Entrevista a Alejandro Alvarado Carreño

por Sofía Carrillo

Alejandro Alvarado Carreño lleva 46 años de actividad académica; experiencia que le ha mostrado aciertos y necesidades de la Educación en las Artes Visuales a lo largo de generaciones. Fue becario en la especialidad de grabado en buril en los talleres de valores y estampillas de la S.H.C.P (1953-55), técnica que enseña a sus alumnos en una lucha por que no desaparezca su uso. Al mismo tiempo se encuentra experimentando con las herramientas de la gráfica digital. Fue acreedor al primer lugar del Concurso Internacional de Grabado “Cronite”, convocado por la Asociación de Grabadores de Norteamérica (Washington, D.C., 1968).

Es fundador de la Asociación Mexicana de Grabadores de Investigación Plástica A.C. de la cual es actualmente presidente. Es profesor de la maestría en Artes Visuales de San Carlos. Ha visto pasar por su taller, o el de su padre, desde los grandes artistas de ayer hasta los más promisorios jóvenes artistas de hoy.

Ganó el premio IMCE por diseño de tórculos y propuso la creación de los Museos de Estampa en la República Mexicana, proyecto que ha sido aceptado por los gobiernos de los Estados de Colima, Tlaxcala, Aguascalientes, San Luis Potosí, Chihuahua, Coahuila y Ciudad de México. Ha apoyado con ahínco a la promoción y la difusión de las artes gráficas realizando múltiples exposiciones, donando cientos de obras para la conformación de Museos y apoyando a varios jóvenes para darle continuidad a su labor artística y de difusión.


¿qué representa la Gráfica Mexicana para usted?
Desde que tengo conciencia de estar involucrado en la gráfica, más o menos desde los años cuarenta y tantos, había un auge importante. Al taller de mi padre asistían artistas como Orozco, Cantú, Gerardo Ávila, Chávez Morado, gente muy involucrada y que aún cuando eran pintores, daban mucho peso al valor de la gráfica.
Algunos, como Gerardo Ávila, entre los años cuarenta y cincuenta, captaban las escenas de los muertos, de las peregrinaciones, en fin. Después de esos años, se empezó a perder el tema social dentro de la gráfica mexicana y dejó de representarse el sentir del pueblo. Era la época en que el Taller de Gráfica Popular iba decayendo, interesándose sólo en algunos cuantos eventos sociales.
A partir de los años 60 los grabadores se volcaron a los paisajes o la naturaleza muerta.

¿Cómo surgió la Asociación Mexicana de Grabadores de Investigación Plástica?
Surgió en 1959. La Sociedad Mexicana de Grabadores se había desvirtuado al estar en manos de mucha gente que no le interesó trabajar más que para título personal. Fue entonces que vi la necesidad de crear la Asociación para poder agrupar gente dedicada a la gráfica e interesada en participar en conjunto tanto para exposiciones, donaciones para museos, como otros eventos. La necesidad principal por la que surge la Asociación era para estar más unidos.

¿Cuál es la misión de la Asociación?
Dar mayor difusión a la obra gráfica y promover la cultura por medio de ella. Cuando se hacen peticiones a organismos en forma muy personal, no siempre se refleja en la inquietud de los espacios; en cambio, cuando se hace una carta por parte de la Asociación, por ser de carácter grupal, las galerías, directores de escuelas o espacios culturales le ponen mayor interés.
El carácter múltiple de la gráfica es una de sus grandes virtudes permitiendo así una mayor difusión; además, su valor material, es más bajo en comparación con la escultura o la pintura.

En su labor docente ¿qué pensamiento o idea es la que ha insistido transmitir?
Para mi siempre ha sido muy importante transmitirles las ventajas que proporciona la gráfica. Ésta, permite a los alumnos por un lado mayor difusión, mayor participación y les da mayores herramientas para poder trabajar.
He insistido mucho en que vean los problemas sociales, cuestión muy importante para la gráfica. Tenemos la televisión, pero es un poco efímera, lo que hoy se ve en la t.v. mañana es otra cosa; lo mismo sucede con el periódico o las revistas. En cambio la gráfica perdura y a la vez, podemos estar en muchos recintos. La manifestación es diferente: al mismo tiempo que se hace difusión también pueden ser obras de arte.
He insistido también a los alumnos de diseño gráfico en la creación de ex libris, Su uso y producción se ha perdido un poco pero que hay que rescatarlo. Es otra alternativa de hacer algo por la competencia tan fuerte que existe.
Por cierto, las inscripciones que acaban de suceder para la maestría tuvo muy pocas entradas a las artes visuales, casi todos se van a diseño y comunicación gráfica. Solamente se inscribieron 12 a Artes Visuales, de los cuales se aceptaron 11, cuando había hasta 20 o 30 inscritos.
Alguna vez se comentó que la carrera de Artes Visuales era para desempleados, pero yo no creo, lo que pasa es que hay que darle impulso. Que el alumno que entre pueda estar en todos los talleres: de escultura, de grabado, de pintura, para que tenga la capacidad de poder hacer obra de cualquier cosa.

¿Qué reformas cree necesarias en la educación de las artes?
La primera es que hay un organismo, creo que pertenece a Bellas Artes, quienes envían maestros de artes plásticas a las escuelas, pero esta planta docente sólo llega a unas cuántas. Debería generalizarse un poco para que el alumno desde el kinder o la primaria reciba una educación visual y poder incrementar desde esta etapa la visión del diseño y el arte.
La segunda sería incrementar las materias en Artes Visuales dentro de los planes de estudios para las secundarias y preparatorias, antes se dibujaba más.
También habría que hacer notar el estado desastroso en el que se encuentran nuestros talleres en San Carlos, en Estación Indianilla son otra cosa… se puede uno dar muy buena cuenta del tipo de talleres que se requieren. Cambiar los programas para que los alumnos puedan diversificarse y no concretarse a una sola especialidad.
Por otro lado, los maestros nos encargamos un poco de platicarles a los alumnos de que se trata la promoción y la difusión. Algunos tienen cierta aversión por las galerías debido a las comisiones que se cobran, pero hay que comprender también los gastos de mantener esa infraestructura y la promoción del artista.


¿Qué opina de la gráfica mexicana actual?
A partir de los años 70, hubo un fuerte auge de la gráfica gracias a los organismos que apoyaron con sus recintos y gracias a las convocatorias que se abrieron para la gráfica. Esto ayudó a promocionarnos más y permitió que la gente pudiera adquirir obra a costos mucho más bajos que, por ejemplo, la pintura.
Los jóvenes desde los años 70 u ochenta participan muchísimo en estas convocatorias. Yo tengo una plantilla de gente que participa con ex libris, se han reunido cincuenta y tres productores de ex libris y la mayor parte es gente muy joven.
Actualmente existe mucha gente que se dedica a la gráfica, uno se puede dar cuenta con los talleres de San Carlos y La Esmeralda. Al salir los impedimentos son como siempre que los talleres cobran muy caro y, si los artistas no tienen una buena factura o no son conocidos, no los atienden.
Yo he tratado de incorporar en las exposiciones que organiza la Asociación, a gente joven y no muy conocida. En la exposición de 20 siglos de gráfica que está circulando actualmente por la República hay artistas muy jóvenes como: Carolina Viñamata, Sergio Sánchez Santamaría, Daniel Nava, Adrián Herrera Madariaga, Teresa Mastranzo, Gloria Ramírez, todos ellos han participado mucho y han ganado premios… ¡están avanzando muy fuerte!


¿Qué piensa en torno al uso de las nuevas tecnologías en la gráfica actual?
Creo que es una herramienta muy importante, pero en las escuelas como en el caso de La Esmeralda y San Carlos, por lo pronto en la maestría que conozco muy bien, no la han incorporado como debería de ser.
Lo que yo he hecho es incorporar dibujos a la computadora y los retoco, lo que no puedo hacer con otras herramientas; después los manipulo, les doy salida en papel albanene, un original mecánico o un positivo; entonces hago una transferencia tipo fotograbado. En mi taller la están trabajando Juan San Juan, Víctor Ortega y Gloria Ramírez.
Claro que no podemos prescindir de la gráfica tradicional, los medios de reproducción no son iguales, se logran otras calidades en relieve que no da la gráfica digital. Sin embargo, creo que es importante tomar a la gráfica digital como parte importante de la gráfica actual… vinculándola con la gráfica tradicional.

¿Podría elegir a un artista gráfico que haya dejado un legado importante a nuestra historia y aún no se le ha reconocido? ¿por qué?
Elegiría a Abelardo Ávila Villareal, es una gente que aunque ganó un premio en 1954 se le dio muy poca difusión. Le hicimos un libro en Guanajuato en 1995, eran pocos ejemplares y quizá le llegará a trescientas o cuatrocientas gentes. El recogió mucho el sentimiento del pueblo mexicano.

¿ Cuáles han sido las mayores satisfacciones que le ha dejado la gráfica?
La primera es el haber estado en el Taller de mi padre, tengo que mencionarlo, nunca me he escudado en el ni en su obra, si lo mencionan en algunas presentaciones no es cosa mía. En su taller ayudé a Chávez Morado, a Goitia, a Federico Cantú; a Orozco yo le acidulaba las placas, le ayudaba mucho debido a que le faltaba su mano.
Tuve la oportunidad, como muy pocos, de haber trabajado con una persona que fue un parte aguas en el grabado mexicano, Carlos Alvarado Lang. Un parte aguas no solo por su obra sino por su calidad humana.
A partir de los primeros años del siglo XX, el grabado se quedó estancado debido a la Revolución, mi padre entró, en ese entonces, como maestro de San Carlos; todas las generaciones de artistas importantes que conocemos tuvieron que pasar por ahí. Fue una gran oportunidad para él, el que muchos alumnos importantes estuvieran en su taller.
Fue mi maestro y compañero de trabajo. Le ayudaba en el Taller de San Carlos, que era muy grande, el atendía a unos alumnos mientras yo a otros. Fue mi maestro al haberme enseñado todas las técnicas de grabado, entre ellas el buril, que cuesta mucho trabajo y hay muy poca gente que lo sabe usa.
En esa época no se podía vivir del grabado, pero mi padre tenía un dominio de la técnica como pocos autores. Los grabados con temas de la Revolución, eran reproducciones, en su mayoría, de los Archivos Casasola y mi padre, para no competir con esos temas, se vuelca al paisaje realista con una técnica muy depurada; aunque le interesaban algunos asuntos políticos, nunca lo manifestó en su obra.
En ese entonces había dos grupos de grabadores: los que pertenecían al Taller de Gráfica Mexicana y los seguidores de mi padre, todos ellos pertenecían a la Sociedad Mexicana de Grabadores.

En mi obra se refleja la naturaleza a partir de un gusto personal, más que de una influencia de la obra de mi padre. Siempre me llamó mucho la atención. Los sábados y domingos salía a excursiones con mi padre junto con otros alumnos y maestros. Eran caminatas de 5 o 6 horas donde conocíamos pueblos, hacíamos apuntes y tomábamos fotografías. También íbamos a la Lagunilla, como mi padre no era casado, “jalaba” mucho conmigo.
En mi obra manifiesto las inquietudes de todos mis viajes a Sonora, Tlaxcala, San Luis Potosí. Me gusta mucho la soledad de las cosas, el desierto en especial. Me gusta el bosque pero prefiero la obra de los cactus. Yo no soy muy solitario, no me gusta estar solo, siempre hay alguien conmigo. En mi taller siempre hay alguien, hasta cinco o seis personas que nos vamos, a veces los viernes, al café para platicar; de hecho me acaban de llamar por teléfono que ya se van.